viernes, 15 de octubre de 2010

El plan Austral (1985)



Tomando como ejes de análisis el desempleo y la inflación, durante la época que se implemento el plan Austral, se puede apreciar que en el corto plazo las medidas implementadas fueron exitosas. Pero  a largo plazo no fue sustentable. 
Si bien la economía necesitaba  una solución rápida, el implementar  solo medidas de corto plazo tiene sus consecuencias en el futuro.  Un gran defecto en la historia económica de la argentina, es la falta de planificación económica a largo plazo y los cambios drásticos de políticas económicas en pocos años.

El plan Austral (1985)

 




Al asumir Alfonsín en 1983, se trato de enfrentar la inflación existente mediante políticas gradualistas programadas por el FMI sin tener éxito. La inflación crecía gradualmente hasta que en junio de 1985 ante una inminente hiperinflación se puso en marcha el plan Austral. Este consistía en políticas heterodoxas concentrándose en:
  1. Aumento los precios del sector público, devaluó el tipo de cambio, impuso gravámenes al exterior e incremento tasas impositivas para mejorar los ingresos.
  2. Congelo precios y salarios y fijo el tipo de cambio
  3. Circulaba una nueva unidad monetaria (austral) junto con la anterior.
  4. Al ser aceptada por el FMI permitió el reajuste del servicio de la deuda con su nueva moneda.
Finalmente la inflación no fue erradicada totalmente, a pesar de las correcciones el déficit continuo aumentando. El tipo de cambio se mantuvo hasta abril de 1986 donde comenzaron las "mini devaluaciones" para no perder competitividad aunque el tipo de cambio real se mantuvo constante por la depreciación del dólar en los mercados mundiales. 


Desempleo:
Todos los sectores, sin excepción, sufrieron las consecuencias de la crisis. La industria cayó a un ritmo de 2% anual, retrocediendo todas las ramas manufactureras (autos, siderurgia, papel, plásticos, muebles, vestimenta, calzado, entre otras). Así, en 1990, la industria producía un 1,7% menos que en 1970. El campo y el sector energético también se vieron afectados. La producción de granos, sujeta a la política de retenciones a las exportaciones, se estancó, resultando la campaña 1988-89 la más baja de la década. La producción de petróleo cayó en forma permanente y, a pesar de reflejar cierta recuperación a fines de los 80, esta era en 1989 un 7% más baja que en 1980. El ritmo de la inversión era insuficiente, con años donde hubo destrucción neta de capital. En 1990, la inversión bruta representó apenas el 13% del PBI, nivel alarmante para el sostenimiento de la actividad productiva. En estos años, la Argentina perdió en forma permanente posiciones en el mercado internacional, alcanzándose en 1987 el mínimo histórico de participación de nuestras exportaciones en el comercio mundial, con sólo el 0,27%.Flagelo reprimido En este contexto de fuerte retroceso productivo, se crearon, sin embargo, más de 2 millones de empleos. Este hecho explica por qué, a pesar de la crisis, la tasa de desempleo creció apenas del 2% al 7% a lo largo de esta década. Pero esta dinámica no debe hacer pensar que en la década del 80 no hubo problemas de empleo. Los hubo y muy graves. Si el Producto Bruto cayó a un ritmo del 1% anual, y todos los sectores de la producción evidenciaron notorias disminuciones en sus niveles de actividad.
Del total de 2 millones de nuevas ocupaciones, 550.000 fueron empleos públicos, más de 300.000 trabajadoras del servicio doméstico y alrededor de 1.200.000 empleos no asalariados, especialmente cuentapropistas. Durante la década del 80, el sector privado fue un destructor neto de empleos asalariados. Recordemos, por ejemplo, que la industria destruyó alrededor de 400.000 puestos. El desempleo era un flagelo reprimido. La desocupación se mantenía artificialmente baja a través de la creación de empleo ficticio en sectores alejados de la estructura productiva. O sea que la mayoría de los empleos creados en los años 80 fueron de muy baja productividad -cada trabajador era un 25% menos productivo en 1990 que en 1980- y, por ende, de difícil sostenibilidad en el tiempo. En este escenario, el fenómeno del desempleo encubierto resultó notorio. Estimaciones recientes calculan que la tasa real de desempleo a fines de los 80 era del 23% y no del 7% medido para esos años. La alta inflación, junto a los magros salarios de empleos cada vez menos productivos, provocaron una caída del 57% en el ingreso de los hogares más humildes, reflejándose la caída más abrupta en 1987 -el ingreso de los pobres cayó 30% después del fracaso del Plan Austral- y en los años 1988 y 1989, en los momentos previos y durante la hiperinflación de 1989.
La profunda crisis de empleo de los 80, con las actividades productivas de una economía cerrada y estancada financiando la creación de ocupaciones no genuinas en la administración pública y en el sector informal, provocó inevitablemente el aumento del desempleo a lo largo de los años 90, cuando la nueva organización económica vigente desactivó este perverso mecanismo de empobrecimiento del conjunto de la población.
En la economía de los 80, la producción y el ingreso de la población disminuyeron de manera sistemática.
Inflación:
El 14 de mayo 1985, se anunció el nuevo plan económico, bautizado como Plan Austral. Su objetivo era superar la coyuntura adversa y estabilizar la economía en el corto plazo, de modo de crear las condiciones para poder proyectar las transformaciones más profundas, de reforma o de crecimiento. Aunque no  estaban enunciadas, sin duda incluían desalentar las conductas especulativas estimuladas por la inflación, e impulsar a los actores económicos a tomar  acciones orientadas a la inversión productiva y el crecimiento pero lo urgente era detener la inflación. Se congelaron simultáneamente salarios  y tarifas de servicios públicos, se regularon los cambios y las tasas de interés, se suprimió la emisión monetaria para equilibrar el déficit fiscal-se suponía asumir una rígida disciplina en gastos e ingresos- y se eliminaron los  mecanismos de indexación desarrollados durante la anterior etapa de alta  inflación y responsables de su mantenimiento inercial,  se cambiaba la moneda y el peso era reemplazo por el  austral.
En 1985/86 se derrumbó el precio de los cereales a nivel mundial y perjudicó a la Argentina... Renacieron las pujas corporativas, que realimentaron la inflación. La CGT, embanderada contra el congelamiento salarial, que afectaba sobre todo a los empleados estatales, y los empresarios liderados por los productores rurales, que se movilizaron contra del congelamiento de precios.
Se intentó reactivar la inversión extranjera, especialmente en el área petrolera -el presidente Alfonsín anunció este plan en Houston, capital de las grandes empresas petroleras-, y también se esbozaron planes de reformas fiscales más profundas, privatización de empresas estatales y desregulación economía. Todo ello chocaba con ideas y convicciones muy firmes en la sociedad, arraigadas tanto en el peronismo como en el propio partido gobernante de donde surgieron bloqueos a estas iniciativas.
En agosto de 1988 el gobierno lanzó un plan económico, que denominó "Primavera", con el propósito de llegar a las elecciones con la inflación controlada, pero sin realizar ajustes que pudieran enajenar la voluntad de la población. Al congelamiento de precios, y tarifas -aceptado a regañadientes por los representantes empresa-agregó la declarada intención de reducir drásticamente el déficit estatal, condición para lograr el indispensable apoyo de los acreedores externos mucho más remisos que antes, el plan marchó de entrada con dificultades: la predisposición de los distintos actores a mantener el congelamiento fue escasa, los cortes en los gastos fiscales fueron resistidos, la negociación con las principales entidades externas marchó muy lentamente, y los fondos prometidos llegaron en con cuentagotas; en cambio lo hicieron los capitales especulativos, aprovecharon  la diferencia entre tasas de interés elevadas y cambio fijo. El 6 de febrero de 1989 el gobierno anunció la devaluación del peso -que devoró la fortuna o los ahorros de quienes no supieron retirarse a tiempo- e inició un período en que el dólar y los precios subieron vertiginosamente y la economía entró en descontrol. Luego de largos períodos de alta inflación, había llegado la hiperinflación, que destruyó el valor del salario y la moneda misma y afectó la misma producción y circulación de bienes.


By Sebastián Prunesti

2 comentarios:

  1. Alguien en linea para responderme la siguiente pregunta? : Que consecuencias tuvo sobre la organizacion interna del peronismo el triunfo de la UCR en 1983?

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